En realidad ninguna persona puede vivir sin comunidad- aunque nuestra civilización occidental cultiva la ilusión del individuo autónomo; del individuo que vive separado de la naturaleza y que consuma. Además progresa más la dependencia de cada individuo de los consorcios internacionales. Aislamiento y capitalísmo son las dos caras de la misma medalla.
Estamos viviendo en una civilización de separación – estamos separados de nuestro propio ser y de los próximos. Vivimos separados de la naturaleza -aunque somos una parte de ella – y no la tratamos como nuestra casa, nuestro orígen. Un modo diferente de entender y sentir la individualidad se encuentra en pocas regiones de la tierra, en naciones indígenas. En esas regiones de la tierra el ser humano vive en una comunidad, en una tribu y se siente como parte de la naturaleza.
Nosotros no queremos regresar a las civilizaciones de las tribus; pero queremos crear nuevas formas de comunidades que correspondan a nuestra civilización y por eso hemos decidido conscientemente vivir en comunidad.
Una comunidad se compone por una diversidad de seres humanos que se completan y se apoyan en el crecimiento de cada uno. Crecimiento significa ver y formar personalidades responsables de si mismos.
Unas de las más importantes capacidades que todos nesecitamos en nuestra época son capacidades sociales y de colaboración. Esas capacidades se pueden desarrollar en una comunidad,cuando cada persona aprende a conocer a su ser en la conexión humana con el grupo y en la conexión ecológica con el planeta tierra.
Además, la experiencia enseña que la vida en una comunidad demanda algunos cambios en la vida personal. Pensar comunitariamente es un proceso que puede ser difícil, cuando la base emocional no es clara o cuando valores esenciales no se han comunicado. Costumbres que tienen sus raíces en la competencia y en el pensamiento "lo puedo hacer solo" pueden dificultar el camino de la vida. Esas costumbres se pueden reducir, cuando los individuos tienen la experienca de tener el apoyo y la confianza de los demás habitantes.
Para el crecimiento de la confianza entre nosotros hemos desarrollado un saber múltiple y varios métodos que son nuestros tesoros y nuestro entusiasmo – las experiencias de años de convivencia, de la creación de una comunidad y del desarrollo de nuestro carácter. Tambien tenemos preguntas, crisis y períodos de suspensión que son partes de nuestra vida experimental, igual que las amistades y la unión que crece cuando personas trabajan juntas y tienen una meta común.
La entrada de una persona a la comunidad Zegg puede perdurar muchos años para conocerse mutuamente. Después de la participación en el "curso de comunidad", uno se puede quedar en la comunidad todo el verano como un "saisonier" y colaborar. Una plenaria decide si una persona se puede quedar en Zegg como un "huésped de la comunidad". La mayoría de las veces ese proceso dura más de uno o dos años. Después de ese tiempo, se puede solicitar ser miembro de la comunidad.